Continuando con mi anterior entrada relacionada con el olfato y nuestra genética, hoy te quiero contar (de forma fácil de leer y comprender, por supuesto!) algunos descubrimientos realizados en torno a éste tema, que creo te gustarán:
Deseo comentarte acerca de un interesante experimento realizado en 1.984, por Claus Wedekind, profesor de Biología por la Universidad de Lausana (Suiza). A éste experimento se le denominó “El experimento de las camisetas sucias”.
Para éste estudio, se escogió a 93 estudiantes jóvenes, de los que 44 eran hombres, y 49 eran mujeres, a los que previamente se les hizo un estudio de su ADN, centrándose en los principales genes de histocompatibilidad (MHC).
A los chicos se les pidió se colocaran durante 2 días una camiseta de algodón liso, y que evitaran durante éstos 2 días el uso de desodorantes, colonias, jabones … e incluso el consumo de alcohol, para evitar así que alterase su olor corporal natural. Pasados los 2 días, las camisetas fueron puestas en cajas idénticas de cartón agujereado, pidiendo a las chicas clasificasen las cajas por el olor, utilizando 3 criterios para seleccionarlas: la intensidad, el nivel de agrado y el nivel de sensualidad.
Las chicas prefirieron las camisetas que contenían genes de histocompatibilidad (MHC) diferentes a los de ellas, e inconscientemente estaban seleccionando posibles compañeros con una buena genética para sus posibles futuros hijos. Este experimento trajo bastante controversia, ya que el por qué no ha sido todavía descubierto. En 1.995 se volvió a realizar el mismo experimento, y dio resultados muy similares. Ello sirvió lo suficiente para que algunas agencias de contactos empezaran a hacer uso de la experiencia como parte de estrategia para garantizar un mayor éxito de compatibilidad entre las personas a las que proponen como futura pareja. (Actualmente se hace incluso en agencias de contacto por internet, enviando parte de la saliva en un tubito a un laboratorio donde la recepcionan y le comunican a la agencia los resultados de compatibilidad).
Tras éste experimento tan interesante, y Yéndome a un terreno más científico con respecto a la nuestro olfato y la genética, te contaré cómo Barbara Trask, bióloga perteneciente al Instituto Fred Hutchinson, (centro ubicado en Seatle especializado en la investigación sobre el cáncer), encontró en sus investigaciones acerca del genoma humano algunas razones por las cuales cada persona percibimos el mismo olor de forma distinta. A continuación, te cuento cómo:
En su estudio acerca del genoma humano en el que trató de encontrar posibles alteraciones en el conjunto de nuestros genes relacionados con los receptores olfativos, halló que partes de nuestro material genético, están duplicadas permaneciendo igualmente en el genoma. Un gen para un determinado receptor olfativo puede copiarse una cantidad indeterminada de veces, y cada una de estas copias puede sufrir modificaciones. Este proceso puede permitir que se creen nuevos receptores olfativos, o por el contrario, producir tantos cambios en los que el gen se vuelve inviable.
En casos extremos, las mutaciones de los receptores olfativos pueden hacer que nos volvamos insensibles a determinados aromas. Esta característica es llamada Anosmia. Sin embargo, cuando los cambios no son tan drásticos, ésta variación determina que unas personas percibamos un determinado aroma y otras no.
Existe, por ejemplo, una incapacidad para percibir el aroma de la vainilla. ¿Sabes a qué media de personas afecta la Anosmia? Entre un 1% y un 3% de la población.
Espero te guste lo que aquí te comento. Podría contarte muchas más cosas acerca de nuestro olfato y la genética, pero, como ello me obligaría a entrar en demasiados temas médicos y científicos, temo agotarte y hacer que abandones la lectura, cosa que me apenaría. Si te ha gustado, te invito a compartirlo con tus amigos a través de las Redes Sociales, y si te apetece recibir las entradas de forma automática, te he puesto un apartado a la derecha “RSS Entradas”. También te animo a dejar un comentario o consulta, ya que ¡Seguro te respondo! ¡Un abrazo y hasta la semana que viene!
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Fuentes de la información: The Washingtonpost; The Guardian; The Rockefeller University
Muy bueno. Tengo un negocio de venta de perfumes y éste y su anterior artículo me han arrojado mucha luz.
Por mi profesión de masajista terapéutico tengo que hacer uso de aceites esenciales. Por ello te doy la enhorabuena por tus artículos, y en particular éste y el anterior, ya que me son de gran ayuda para ilustrar a mis clientes.
Como gran aficionada a este tipo de temas me encanta leer todo lo que pasa por mis manos respecto a éste asunto. Su artículo me ha parecido excelente. Mi más sincera congratulación.
Cada día son mejores sus post. Mi más profunda enhorabuena.
Nuevamente le doy la enhorabuena por su escrito, que como siempre es muy interesante